domingo, 10 de abril de 2011

articulo plagiado de Libreria Astarté, Valladolid, pg www,

Bueno, Eloy Para no creo que me mande a los picoletos por el plagio....




Vivimos tiempos de cambio y de transformaciones. Momentos en los que todo parece incierto y amenazante.


El ambiente general no nos ayuda, todo son malas noticias, pésimas expectativas y un sinfín de hechos tremendos que nos arrinconan día a día.


Poco a poco sin darnos casi cuenta nos vamos metiendo en una densa nube negra en la que cada vez nos sentimos más ahogados, pequeños y sin expectativas. El lado oscuro está una vez más haciendo de las suyas, nos quiere engañar sin darnos ninguna tregua.


No debemos dejar que todo esto llegue más lejos. Es el momento de decir: ¡Basta!, sin estridencias, sin subir la voz, pero con toda la fuerza y voluntad que sea necesaria para defender nuestra plaza interior.


Hemos de recuperar a marchas forzadas pequeños principios que son sencillos y que se nos enseñaban como cualquier otra cosa naturales y que hoy ya parecen un recuerdo que se pierda entre la bruma del tiempo.


Por ejemplo, ¿Os acordáis de la fe?


Esa fuerza imparable que puede mover las montañas, que nos quita si queremos de un plumazo todos los miedos. “La Fe o el miedo”


Cuando nos dejamos abrazar por la fe, esa fe nos quita la venda de la cara y disfrutamos del tiempo presente, haciendo que el miedo deje de molestarnos. ¿Lo volvemos a probar?


¿Recordáis la aceptación?


Cuando no teníamos todo lo habido y por haber, nuestros padres nos aleccionaban invitándonos a disfrutar de lo que ya teníamos.


Si nos quejábamos enseguida nos decían: “No te quejes que hay muchos niños que no tienen nada” ¿Rescatamos esa sana costumbre?


Por todo dar las gracias.


El dar las gracias por todo y por todos formaba parte de un código no escrito que indicaba tener una esmerada educación. Ser agradecidos nos llena de satisfacción y nos coloca en un alto lugar. Un viejo refrán castellano lo expresa con toda claridad. “Es de bien nacidos ser agradecidos.


¿Comenzamos a dar las gracias por todo?




No hace tanto que se cantaba….


Tampoco ha pasado tanto desde que se oía a la gente cantar mientras hacían las labores del hogar, o a los albañiles ó pintores imitando con sus floridos cantos a los artistas de moda.


Desde luego no era algo inusual escuchar esa expresión de satisfacción espontánea en cualquiera.


La vida sigue siendo bella, las mañanas nos siguen regalando la luz y él canto de los pájaros que celebran un nuevo día.


Unámonos a aquellos que quieren saborear cada segundo, que buscan vivir con intensidad la maravillosa aventura que es la existencia.


Hemos de volvernos positivos y ante todo descubrir lo bueno que se esconde tras esas fachadas que con frecuencia nos quieren volver seres tristes, pesarosos y llenos de todo tipo de miedos y pesares.


No nos podemos olvidar que la única forma real de cambiar a los demás es a través del ejemplo. ¡Demos ejemplo y cambiemos el mundo!

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